Apenas se puede
decir de Orbital que sea una novela, entendida ésta según los estándares
clásicos del género. Más bien estamos ante un ejercicio libre de imaginación,
una oda a la belleza de la tierra que tiene como protagonistas a un grupo de
astronautas que la observan con una mezcla de admiración, sobrecogimiento y
amor. Estos sentimientos se expresan a través de una amplia gama de adjetivos,
asociaciones poéticas, imágenes y metáforas, sinestesias, antítesis,
oxímoron... y otra figuras literarias que impactan en la retina del lector
haciéndole participar de la experiencia increíble que esos astronautas están
viviendo.
Harvey reúne en la
estación espacial a seis astronautas, Román y Antón de Rusia, Chie de Japón,
Nell del Reino Unido, Pietro de Italia, y Shaun de los Estados Unidos. Cada uno
de ellos tiene su pequeña historia, que conocemos gradualmente al tiempo que
llevan a cabo sus experimentos. Estas cuestiones junto con la amenaza de un
tifón que avanza inexorable sobre las Filipinas son los auténticos propulsores
de la narración. Propulsores que son frágiles sí, porque la mayor parte del
tiempo la ocupa la descripción y asociaciones sensoriales que procuran las
increíbles imágenes que se cuelan a través de los cristales de la estación
espacial.
Las dieciséis
órbitas que los astronautas cuben cada día dan lugar a los dieciséis capítulos
del libro. Samantha Harvey en un tempo lento, como el que viven sus
astronautas, va desgranando en cada una
de ellas la belleza de lo que ven, sus preocupaciones ecológicas, sus
esperanzas y temores al tiempo que revisa la alianza entre los hombres y la
tierra. ¿Qué somos sin ella?, ¿Qué es ella para nosotros? viene a preguntarse.
La respuesta parece hallarla al descubrirla como un ente maternal bajo cuyo
cobijo la humanidad se encuentra protegida. Hay una defensa de la Tierra teñida
de melancolía por lo que perdimos y perderemos, una mirada nostálgica hacia un
mundo mejor.
La novela ha cosechado numerosas alabanzas aunque también cuenta con sus detractores. Os animo a leerla y a que expreséis vuestra propia opinión de forma libre y contundente.