
Como en la
mayoría de sus libros Oates parte de una experiencia real, individual, la
magnifica y la explora hasta encontrar "lo único" lo que la hace
universal para, de esta manera, hacerla trascender y convertirla en un espejo
donde el lector pueda verse reflejado.
La historia de Margot Sharpe es la de una doctora en Neuropsicología que
estudia la memoria de un sujeto (E.H.), del cual acaba enamorándose y convirtiendo
en el centro y explicación de su solitaria existencia. La historia está basada
a grandes rasgos en la de H.M., siglas con las que fue conocido para proteger
su intimidad Henry Gustav Molaison
mientras fue el objeto de estudio de la doctora Brenda Milner en Hartford. HM
fue un caso muy especial dentro del campo de la Neuropsicología y su estudio
permitió grandes avances en este campo. De pequeño sufría continuos ataques
epilépticos hasta que fue operado del lóbulo temporal y parte de su hipocampo fue
eliminado. Como digo, los ataques cesaron pero a cambio comenzó a sufrir
amnesia retrógrada y anterógrada, que le permitía recordar solamente aquellas
cosas sucedidas antes de la operación y lo sucedido en el presente durante un breve
lapso de tiempo. En el libro de Oates esto se limita a 70 segundos y obliga a
doctora y ayudantes a presentarse y repetir las mismas cosas una y otra vez.
No quiero
extenderme en cómo y en qué medida los hallazgos que el estudio de dicho sujeto
hicieron avanzar la Neuropsicología, pero baste decir que algunos de estos
experimentos se utilizan en el libro como elemento de ficción y, como así
sucedió, se repiten y se suceden al comienzo del libro hasta el punto de que el
lector puede verse avocado al aburrimiento si el funcionamiento de la memoria
no es de su interés. La historia toma otro color cuando a la profesional y
entregada doctora Sharpe le sucede la emocional, la personal, primero en los
brazos de su mentor y luego en los de E.H., Eli, el sujeto de su investigación.
Entonces empezamos a ver "lo universal", aquello de lo que hablaba al
comienzo de la reseña, la lucha de la protagonista por su objeto amado, por ser amada y
correspondida en un amor que lo es todo para ella. Para ello no dudará en
adoptar posiciones absolutamente antiéticas, llevar a cabo experimentos
prohibidos, permitir la humillación y la traición, también el desprecio.... un
abanico de pasiones humanas que Oates maneja con sabiduría.
La historia
de la doctora Sharpe es el hilo conductor de la novela, pero todos aquellos que
disfrutamos de sus libros sabemos que esta trágica mujer no sería suficiente
para la escritora, por eso no nos sorprende encontrar entrelazada una subtrama donde no lo mágico, pero sí lo sombrío y lo
impenetrable se cierne como elemento catalizador del suspense. La amnesia
retrograda de Eli esconde un secreto que se nos desvela poco a poco y no
siempre de forma confiable. El punto de vista de la narración es básicamente el
de la tercera persona, a veces el observador directo, que nos permiten avanzar
en la lectura con confianza, pero estos a veces se ven sustituidos por el
monólogo interior y la cada vez menos fiable memoria de Eli a medida que pasan
los años. De esta forma es labor del lector avezado componer la historia tal y
como debió suceder.
En
definitiva, nos hallamos ante un libro estupendo con el que disfrutará todo
aficionado a la buena literatura.