"Él resultó ser no la niebla sino el
mismo mar, un elemento violento rodeándola por todas partes y presionando
irresistiblemente la concha de su propio ser."
¿Qué hubiera ocurrido si Henry James
hubiera nacido cien años más tarde aproximadamente y hubiera decidido escribir Retrato
de una dama a la luz de la modernidad? Pues seguramente que
nos hubiéramos encontrado un libro muy similar a este.
En Mrs Osmond John
Banville escribe un pastiche decimonónico con gran habilidad y cultura
literaria. Como hubiera correspondido a Henry James, escribe con frases largas
y sinuosas, metáforas eficacísimas y un ritmo pausado acorde con las
sinuosidades del complejo pensamiento de sus protagonistas.
Es Isabel Archer también aquí una norteamericana inteligente e
ilustrada en conflicto con sus más altos ideales de liberación y realización de
sí misma, pero también aquejada por el peso de su responsabilidad y de los
votos que asumió al casarse con Mr Osmond. Sin embargo, su decisión final
apenas tiene que ver con la de la heroína de Henry James, y eso, deduzco, es consecuencia del lapso temporal transcurrido
entre los dos libros o quizás, y aquí me aventuro en territorio desconocido, un
capricho del propio Banville, quien, decepcionado por el curso que toman los
acontecimientos en la historia original, decide cambiarlo de forma que sea más
acorde con sus sentimientos. Es decir, incapaz Banville de soportar el destino
de su admirada heroína, quizás se haya propuesto escribir un final para ella
mucho más feliz a pesar de los infortunios que haya tenido que sufrir.
Es un gusto leer
este libro inteligente y audaz, es un gusto dejarse llevar y sufrir con y por
Mrs Osmond, es un gusto, en definitiva, volver a leer un libro de uno de los
mejores escritores en lengua inglesa.