domingo, 28 de noviembre de 2021

Invierno, de Ali Smith


 "No un idiota. Un idiolecto. Eso es lo que es, una lengua que nadie más en el mundo habla. Es el último hablante vivo de sí mismo."

            Este es el segundo libro del cuarteto estacional de Ali Smith. No es menos interesante que el anterior, con el cual mantiene algunos rasgos en común como es el compromiso de contar cuando los hechos son aún recientes (Boris Johnson, el referendum de la UE, el drama de los refugiados...), alguna situación cómica que tiene que ver con la relación de los personajes con las instituciones (el servicio postal en Otoño (deseodeserisla.blogspot), el sistema bancario en Invierno) o la admiración de la autora por los clásicos: Shakespeare (La tempestad en el primer libro, Cymbeline en el segundo) o Dickens, Un cuento de Navidad, en el libro que nos ocupa.         

          El argumento se desarrolla en medio de las Navidades que pasan juntos en su casa de Cornualles Sofía, su hijo Arthur, su hermana Irene y la novia de éste, Lux. Sofía es una suerte de Mr Scrooge con su fantasma y todo (una cabeza que la sigue a todas partes), que vive aislada tras su jubilación en esa enorme casa. Cuando Arthur va a pasar la Navidad con ella, lleva a Lux (una emigrante croata que ha encontrado en una parada de autobús y a la cual paga para que sustituya a la novia que le ha dejado plantado recientemente). Arthur encuentra a su madre en un estado lamentable y llama a sus tía Iris para que le ayude.

          Los nombres aquí son esclarecedores. Si Sofía no ha demostrado sabiduría en su vida al anteponer sus negocios a la familia, Iris es la hermana salvaje (Wild Iris es un tipo de flor), activista social, luchadora incansable: en contra de la energía nuclear en su juventud, a favor de los refugiados ahora (acaba de llegar de Grecia), aunque ella misma  reconoce finalmente el poco éxito que a la larga  su lucha ha tenido.

          El bueno de Arthur en Cornualles ya no es tampoco el caballero de la leyenda sino un joven que tiene un blog, Art in nature, donde delata a aquellos artistas que infringen el copyright. A esa familia Lux viene a aportar precisamente "luz", conocimiento también y una perspectiva amable y tierna que permite que la enconada familia lime sus asperezas.

          Ali Smith comienza el libro anunciando la muerte de todo. La muerte es el invierno de la vida, pero llegando al final del libro el invierno se parece más al principio de algo, una apuesta optimista; en sí mismo están las raíces del renacimiento vital que se producirá en la primavera. Os invito a leer Invierno, un libro que se desliza entre las manos, que se te escapa como el agua entre los dedos, al final sentirás el pesar de haberlo terminado.

sábado, 6 de noviembre de 2021

Shuggie Bain, de Douglas Stuart


 "Lo único que puedes salvar es a ti mismo"

            Shuggie Bain, Booker Prize de 2020, es la historia de Shuggie y su desesperada lucha por salvar a su madre del alcoholismo. Shuggie es un niño cuando empieza la novela pero no por ello deja de sufrir las consecuencias de tener una madre  alcohólica a la que adora. A medida que transcurre la novela entendemos por qué. Agnes es una hermosa mujer, que consigue mantenerse digna en su pobreza, incluso dentro de la pesadilla a la que la somete su poderosa adicción al alcohol. Es admirable también en la lucha que ella misma sostiene a lo largo de su vida adulta, por eso sufrimos con ella las desgracias que le ocurren, sentimos esperanza en los intervalos en los que consigue escapar de la bebida, odiamos a los hombres de los que se enamora y que la manipulan para sus intereses, hombres egoístas y machistas que sólo aspiran a tener su belleza.

            El entorno en el que sobrevive  Shuggie, su madre y sus dos hermanos es el del Glasgow más pobre y desolado, el Glasgow de la reconversión energética de la señora Thatcher. Al principio del libro la familia vive con los abuelos maternos en las torres de pisos de uno de los barrios obreros más deprimidos de la ciudad. y ya desde el comienzo sabemos del modo de vida de sus gentes, de su pobreza, de los cupones de ayuda del gobierno con los que sobreviven los cientos de hombre jóvenes y parados del barrio, de la tristeza y la desesperanza que se ha apropiado de sus habitantes, de cómo sumergen en alcohol el dolor cotidiano de vivir, y de cómo éste les fuerza a las acciones más miserables. Cuando el nuevo marido de Agnes, el taxista Shug por el que ha abandonado al padre de sus dos hijos mayores, traslada a la familia a un poblado  minero donde han cerrado todas las minas, sabemos que las cosas no pueden ir sino a peor. La dependencia de Agnes se vuelve ya total y el sufrimiento de la familia alcanza cotas de espanto.

            En medio de tanta miseria, sólo el relato entrañable que Douglas Stuart hace de este niño y su madre salva a la novela de caer en un realismo extremo difícil de digerir. La inocencia del niño homosexual, la debilidad de su hermosa madre, la desorientación de los seres que pululan por el relato, son retratados con ternura, no hay crueldad ni sarcasmo, solo suciedad  y tristeza.

            Es un libro muy bien escrito y estructurado, no puedes dejar de leerlo, eso explica que lo haya terminado, porque hay veces que sientes que no puedes más, la desesperanza te atrapa y ves imposible que tanto el niño como la madre puedan liberarse de la pobreza y la miseria física y moral que los rodea. Es un libro que,  en contra de lo que a simple vista pudiera deducirse de esta reseña, recomiendo por estar bien escrito y por su tremenda humanidad.