viernes, 26 de junio de 2020

La niña perdida, de Elena Ferrante


"Tuve la sensación de haberme topado con una enésima prueba de lo espléndida y tenebrosa que era nuestra amistad"

            La niña perdida es el cuarto y último volumen de la serie de cuatro libros que Elena Ferrante empezó con La amiga estupenda, reseñado más abajo. Esta serie que cuenta la vida de Lenú y Lila desde la infancia hasta la madurez teniendo como telón de fondo la Italia de los años cincuenta sesenta y setenta, y más concretamente la ciudad de Nápoles, es mucho más que la historia de una amistad debido a eso, pero también debido a otros elementos que enriquecen la ficción hasta convertir su lectura en una apasionante experiencia que nadie debiera perderse.
            La maestría narradora de la autora se consuma en su habilidad para entretejer muchas otras historias alrededor de la de las dos amigas, que la enriquecen y la ensanchan, convirtiéndola en un fresco de la Italia de aquellos años, del engranaje del poder, del trabajo de las editoriales, de la efervescencia política, del compromiso de los jóvenes y su deseo de cambio, del despegue de la emancipación femenina, de las exigencias del matrimonio y de los hijos, e impregnándolo todo la violencia y la corrupción,  que se cuela en sus familias y entre los amigos del barrio de Nápoles donde nacieron.
            Qué profundidad al retratar psicológicamente a sus personajes, qué sutileza al analizar sus emociones, qué sabiduría al analizar la relación entre las dos mujeres, huyendo siempre del maniqueísmo, mostrando certeramente su personalidad poliédrica, compleja, qué disfrute dejarse seducir por su escritura. No voy a desvelar el argumento, a todos nos gustan las sorpresas.