sábado, 8 de mayo de 2021

Las voladoras, de Mónica Ojeda


 "Bárbara quería cortarle la lengua a su hermana gemela con un estilete"

            ¿Gótico  andino?

            Nunca había oído hablar de ello, y sin embargo esta es la etiqueta con la que se cataloga muy a menudo este libro de la joven escritora ecuatoriana Mónica Ojeda.

            Si me induces a pensarlo, sí, se puede encontrar en estos relatos ecos de las pesadillas lovecraftianas, especialmente en lo que se refiere al monstruo que habita en ti. Sin embargo la atmósfera es muy diferente: el rojo y no el negro es el color dominante. La sangre aquí está teñida de ritual, sí, pero también de asociaciones míticas y folklóricas.... El delirio queda reducido al ámbito familiar (todas las historias suceden dentro de la familia, incluso en Soroche, donde las cuatro amigas son casi como hermanas), el territorio donde todo puede suceder: la relación incestuosa, el amor macabro, el deseo reprimido, las perversiones inconfesables, el asesinato, la violación. Y ello contado unas veces con un lirismo estremecedor (El mundo de arriba y el mundo de abajo), bajo un prisma poético (Terremoto), casi siempre con una enorme carga simbólica, como en el relato que da título al libro.

            La habilidad narrativa de la escritora merece mención aparte. Además del uso del mito y de la leyenda nacional,  los recursos literarios son variados y muy abundantes, la metáfora, el símil, la sinécdoque, la metonimia, la anáfora, la prosopopeya, el oxímoron... son utilizados con valentía y coraje, evocando imágenes inolvidables en todos los sentidos (es autora además de dos poemarios, lo que resulta esclarecedor).

            Por otro lado, la geografía andina juega un papel muy importante en estos relatos. En el ya mencionado El mundo de arriba y el mundo de abajo el paisaje lo es todo. Es el escenario en el que se mueven los personajes, a los que moldea y sirve de explicación, y en la figura del volcán uno de ellos proyecta su mayor anhelo, la montaña mágica se convierte en la salvación para aquel que lo ha perdido todo.

             No menos importancia tienen los mitos y creencias de las gentes que habitan este hermoso y duro territorio: las Ulmas en Cabeza Voladora o las Voladoras son seres estremecedores, y animales como el caballo ("Un caballo nunca pisa a los muertos") o el cóndor (existe la creencia de que saben cuándo van a morir, entonces se lanzan en picado contra las rocas) se  convierten en figuras poderosas, casi sobrenaturales, más allá de lo real.

            Entonces, y para resumir, tenemos que geografía, costumbres y mitos andinos se entremezclan y dan cabida a ocho relatos cuanto menos desasosegantes, que en mayor o menor medida van a evocar en el lector emociones que van desde el asombro o la cautela hasta el mismísimo rechazo, tal es la osadía de la propuesta en alguna ocasiones. No se sientan, sin embargo, amenazados por ello, con Mónica Ojeda se adentrarán en un espacio que indaga en el ser humano en un viaje a caballo entre la pesadilla y la iluminación.