viernes, 20 de marzo de 2020

Gente normal, de Sally Rooney


"Qué extraño sentirse completamente bajo el control de otra persona, pero también qué normal"
             La historia de amor entre dos adolescentes irlandeses de Sligo, que se reinicia durante sus estudios en el Trinity College de Dublín y va más allá aún en el tiempo, es de todo menos normal. Pero no me extraña su título, el libro está lleno de ironía soterrada y pullas intelectuales.
                Marianne y Connell son diferentes al resto desde el comienzo del libro. Él, aunque muy popular en la escuela, vive bajo la sombra de un sentimiento de no pertenencia (clase baja, hijo de madre soltera... pero ésta no parece ser la razón) y ella, solitaria, independiente y, aunque de buena familia, vive al margen de una forma poco corriente; ambos se ven atraídos mutuamente por un amor tan apasionado como pueda ser el primer amor. Pero ni siquiera éste es normal, porque está teñido de la completa sumisión de Marianne y el oscuro miedo de Connell a que lo asocien con ella y así, de este modo, su reputación se resienta.
                La pareja vuelve a encontrarse en la Universidad de Dublín, donde ella es la popular y él el marginado, y comienza entonces una serie de encuentros y desencuentros que ocupan la mayor parte del libro. El hecho de que éstos vengan precedidos de imperdonables errores de comunicación hace que el lector acabe impacientándose (¿Por qué no te explicas mejor?, acabas por querer preguntarle a cualquiera de los dos). Otras consideraciones que atañen a la novela son los problemas de clase, la reputación, el desconocimiento de uno mismo y de los demás... Es una novela de personajes, de dos personajes en concreto, Marianne y Connell, porque el resto aparece bastante desdibujado. No es un gran problema desde mis punto de vista que los amigos/enemigos aparezcan sin mayores consecuencias, pero sí lo es en el caso de algunos de ellos. Por ejemplo, la madre de Marianne, Denise, que apenas aparece dibujada al igual que su hermano Alan y, sin embargo, ambos deberían ser piezas fundamentales ya que juegan un papel muy importante en el desarrollo psicológico de la protagonista. La otra madre de la historia, Lorraine, es la madre de Connell; es una madre perfecta, comprensiva y orgullosa de su hijo, pero cuesta creer que procediendo de una familia con un record criminal y habiendo tenido a su hijo con diecisiete años, esto no se deje ver en su personalidad ni en la de la gente alrededor.
                En fin, estamos ante una novela que se lee con interés cuando sucumbes a una historia triste y bien tramada, a unos personajes con los que llegas a impacientarte porque esconden sus emociones tras las palabras, cuando, en definitiva, te pliegas a los meandros de su psicología a veces confusa, a veces brillante. Él lee a Jane Austen, quizás podamos establecer una relación entre los protagonistas de Orgullo y Prejuicio y los protagonistas de la historia: los diálogos ingeniosos, los malentendidos, las interpretaciones equivocadas, el conflicto de clase en la mente del otro...
Sally Rooney es una autora muy joven. Con Conversaciones entre amigos (2017) consiguió el reconocimiento del mundo de las letras, y con esta novela, escrita tan solo un año después, se ha reafirmado como una novelista interesada en la psicología de los personajes; estaremos atentos a su próxima publicación.

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