"¿Hasta
qué punto nos conforma aquello contra lo que luchamos?"

Los conocí en El alquimista impaciente, novela que ganó el Premio Nadal en el año
2000. Por entonces él era un sargento de la Guardia Civil y ella una Guardia
sin más. Que un novela policiaca esté protagonizada por una pareja de
investigadores no es nada raro dentro del género (acordaos de Sherlock Holmes y
Watson), pero sí lo es que éstos sean un hombre y una mujer (estoy hablando de
literatura, no de cine o televisión), y más aún que sean Guardia Civiles. Nadie
que yo sepa lo había intentad hasta ahora con este cuerpo parcialmente
militarizado.
En su última novela, Lorenzo Silva propone
a Bevilacqua, Vila es más fácil de recordar, un puzzle que lo llevará de nuevo a
Guipúzcoa, donde pasó unos años dentro de la época más dura de los asesinatos
de ETA. Con este trasfondo el ahora subteniente investiga la muerte de un
antiguo terrorista homosexual asesinado en Formentera. Como entonces, la
fortaleza de Vila reside más en su cerebro que en el uso de la fuerza y es, de
hecho, su inteligencia, su habilidad analítica y su experiencia lo que le
llevan a resolver con éxito el embrollo.
Si entonces El alquimista impaciente le sirvió para entrar en el infierno de la
droga y de la prostitución, del dinero sucio y de la delincuencia de alto
nivel, su nueva novela le sirve para revisitar los duros años de los asesinatos
de ETA. Vuelve a ser Belvilacqua aquí el guardia honesto digno y cívico, culto
hasta extremos insospechados ahora (lee a Deleuze, Guattari y a Tudícides, de
quien procede el título de la novela), que a muchos les resulta increíble. No
obstante, y este es mi parecer, agrada a muchos lectores encontrarse con
protagonistas que, lejos de la amargura y el cinismo de muchos investigadores
(y aunque él sea un admirador del género clásico norteamericano como ya demostró
en El alquimista impaciente aludiendo a El
sueño eterno), valoran el sentido del deber, la recompensa de un trabajo
bien hecho y que además sienten compasión por sus víctimas.
En la nueva novela, más que nunca, y
quizás porque Vila es ya un Guardia mayor, con un divorcio a sus espaldas y un
hijo también en El Cuerpo, hay más tiempo para ver al hombre prudente y juicioso
que es. Licenciado en Psicología, el análisis y la reflexión han sido siempre
características del personaje. A través
de sus introspecciones conocemos su opinión sobre el sistema policial español y
sobre lo que supuso para ambos bandos y para el Cuerpo al que pertenece el
activismo terrorista. Como buen analista no dejará de reflexionar "sobre
su propia experiencia de lo ocurrido, de lo que hizo y lo que dejó e hacer en
aquella guerra entre conciudadanos como la que 25 siglos atrás hubo en Corcira
-hoy Corfú- y que Tudícides describió en toda su crudeza. ¿Hasta qué punto nos
conforma aquello contra lo que luchamos? " -Editor dixit-. Es una pregunta
incómoda que queda en el aire.
En definitiva, leed
este libro. Además de tener un argumento interesante, una trama bien forjada y
unos personajes atractivos, se apoya en una escritura ágil y viva que hará que
no puedas dejar de leerlo hasta darle fin.