"Odesa es ciertamente un buen sitio desde donde partir. Puedes ir hacia el este o hacia el oeste. Es mordaz, ávida, políglota."
El título del libro
de Edmund de Waal hace referencia a un netsuke (miniaturas japonesas de marfil
de la era Edo) que es parte de la colección de 264 piezas que uno de sus
antepasados, Charles Ephrussi, adquirió en París a finales del siglo XIX cuando
el Japonesismo estaba en boga en la capital francesa en los círculos artísticos
y literarios en los que se movía. Este Charles Ephrussi fue un historiador del
arte y coleccionista tan reconocido en estos círculos que aparece al fondo del
cuadro de Degas, El almuerzo de los
remeros, además de, según parece, haber sido la inspiración para el Charles
Swann de En busca del tiempo perdido
de Proust.
Desde el principio
el escritor y ceramista confiesa que quiere hacer un seguimiento de las piezas
desde que llegaron a las manos de su antepasado hasta el momento actual cuando
llegan a las suyas. Este objetivo le sirve a de Waal para contar la historia de su familia. Viaja
a París, Viena y Odessa donde iniciaron su fortuna con el comercio del grano
para luego convertirse en riquísimos banqueros. Especialmente doloroso es el
periodo que da pie a la Segunda Guerra Mundial cuando la familia sufre el antisemitismo,
la desposesión de sus riquezas y finalmente el éxodo: su abuela Elizabeth se
instaló en Inglaterra y parte de la familia en México y Japón. De su tío-abuelo
Iggie precisamente hereda de Waal los netsuke. El círculo se cierra con él y es
él en toda propiedad el que tiene y ejerce el derecho de contar la historia de
su distinguida familia.
El libro ha sido un
bestseller en toda Europa y eso, desde mi punto de vista, es así por dos
razones, primero porque lo que cuenta es interesante y segundo porque está bien
contado. De Waal mezcla historia con recuerdos e investigaciones creando un
libro cuyo género es difícil de definir. Las vicisitudes de las vidas de sus
antepasados se cuentan inmersas en la sociedad y la cultura del momento (y que
tan bien se detalla) y con la historia que les tocó vivir haciendo así que todo
cobre vida y por tanto interés para el lector. Aunque el verano ya ha pasado,
queda un magnífico septiembre para leer y yo os animo a hacerlo con este
estupendo libro.