"Bárbara quería cortarle la lengua a su hermana gemela con un estilete"
¿Gótico andino?
Nunca había oído hablar de ello, y
sin embargo esta es la etiqueta con la que se cataloga muy a menudo este libro
de la joven escritora ecuatoriana Mónica Ojeda.
Si me induces a pensarlo, sí, se
puede encontrar en estos relatos ecos de las pesadillas lovecraftianas,
especialmente en lo que se refiere al monstruo que habita en ti. Sin embargo la
atmósfera es muy diferente: el rojo y no el negro es el color dominante. La
sangre aquí está teñida de ritual, sí, pero también de asociaciones míticas y
folklóricas.... El delirio queda reducido al ámbito familiar (todas las historias
suceden dentro de la familia, incluso en Soroche, donde las cuatro amigas son
casi como hermanas), el territorio donde todo puede suceder: la relación
incestuosa, el amor macabro, el deseo reprimido, las perversiones
inconfesables, el asesinato, la violación. Y ello contado unas veces con un
lirismo estremecedor (El mundo de arriba
y el mundo de abajo), bajo un prisma poético (Terremoto), casi siempre con una enorme carga simbólica, como en el
relato que da título al libro.
La habilidad narrativa de la
escritora merece mención aparte. Además del uso del mito y de la leyenda
nacional, los recursos literarios son
variados y muy abundantes, la metáfora, el símil, la sinécdoque, la metonimia, la
anáfora, la prosopopeya, el oxímoron... son utilizados con valentía y coraje,
evocando imágenes inolvidables en todos los sentidos (es autora además de dos
poemarios, lo que resulta esclarecedor).
Por otro lado, la geografía andina
juega un papel muy importante en estos relatos. En el ya mencionado El mundo de arriba y el mundo de abajo
el paisaje lo es todo. Es el escenario en el que se mueven los personajes, a
los que moldea y sirve de explicación, y en la figura del volcán uno de ellos
proyecta su mayor anhelo, la montaña mágica se convierte en la salvación para
aquel que lo ha perdido todo.
No menos importancia tienen los mitos y
creencias de las gentes que habitan este hermoso y duro territorio: las Ulmas
en Cabeza Voladora o las Voladoras son seres estremecedores, y animales como el
caballo ("Un caballo nunca pisa a los muertos") o el cóndor (existe
la creencia de que saben cuándo van a morir, entonces se lanzan en picado
contra las rocas) se convierten en
figuras poderosas, casi sobrenaturales, más allá de lo real.
Entonces, y para resumir, tenemos
que geografía, costumbres y mitos andinos se entremezclan y dan cabida a ocho
relatos cuanto menos desasosegantes, que en mayor o menor medida van a evocar en
el lector emociones que van desde el asombro o la cautela hasta el mismísimo
rechazo, tal es la osadía de la propuesta en alguna ocasiones. No se sientan,
sin embargo, amenazados por ello, con Mónica Ojeda se adentrarán en un espacio
que indaga en el ser humano en un viaje a caballo entre la pesadilla y la
iluminación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario