lunes, 9 de octubre de 2023

Lessons, de Ian McEwan


"El infierno creado por uno mismo era un constructo interesante. Nadie se escapaba de hacerse uno, al menos uno, en el tiempo de una vida."

            Después de la Segunda Guerra Mundial, el joven Roland es alejado de su hogar en Libia por su padre, el capitán Baines, que lo envía a un internado en Inglaterra donde caerá bajo la influencia de la profesora de piano, la señorita Miriam Cornell. Esta es la entrada para una novela contada al más puro estilo tradicional pero con la destreza a la que nos tiene habituados este magnífico escritor.

            Veinticinco años más tarde, la esposa de Roland, Alissa, desaparece dejándolo con un bebé de meses. La esposa recorre Europa siguiendo los pasos de su madre, quien dejó Londres para ejercer de periodista en el semidestruido  Berlin de finales de la Segunda Guerra  Mundial siguiendo el rastro del grupo llamado la Rosa Blanca, un grupo de jóvenes que se opusieron al régimen nazi y que por ello fueron asesinados.

            Con el trasfondo de la explosión de Chernobil, Roland sufre la ausencia de su esposa y cuida de su bebé. Mientras tanto la novela vuelve a centrarse en el adolescente Ronald en su internado, esta vez con el trasfondo de la crisis cubana de los misiles. La convicción de que el fin se acerca lleva a un Roland de catorce años a visitar por fin a su profesora de piano, Miriam, con quien inicia una relación que influirá en él para siempre. Esta relación determina que Roland suspenda sus exámenes y no pueda ir a la universidad, de la misma manera que la investigación de la Rosa Blanca explica que los padres de Alissa se conocieran y ésta llegara al mundo.  Más adelante,  Roland visita a unos amigos de la incomunicada Alemania del Este llevándoles discos y libros prohibidos, lo cual determinará que sean detenidos por la Stasi.... Las acciones del protagonista se ven siempre determinadas o por los demás o por los acontecimientos históricos.

            Estas parecen ser las lecciones a las que hace mención el título del libro, sin embargo hay otras muchas que se desarrollan a un nivel más intimo. El protagonista principal, Roland, es visto desde diferentes perspectivas. El narrador ofrece una propia, pero ésta sucede al tiempo que otros personajes muestran las suyas (novias, amigos... Muestra McEwan especial atención a la perspectiva femenina pues las mujeres son decisivas en su vida, ellas sí son auténticas maestras: Miriam le muestra el camino del deseo sexual, Alissa el de la pasión por escribir, Daphne, el placer de los pequeños detalles...). Entre todos muestran a un Roland en continua búsqueda de sí mismo, varado en el tiempo, indeciso, evitando el compromiso, esperando siempre que algo mejor suceda. Si fue dañado por su pasado, esto se manifiesta de una forma oblicua, manteniendo un noviazgo de alta intensidad tras otro, en búsqueda siempre de lo sublime sexual y emocional.

            Después, la Guerra de las Malvinas, el gobierno de la Sra. Thatcher... Y uno tras otro los acontecimientos históricos aparecen ligados a la experiencia vital del protagonista. Reconozco que esa insistencia de McEwan por enlazar unos y otros continuamente llega a cansarme y me saca de la intrahistoria, contada por otro lado de forma maestra como suele hacer él. Sin embargo, y a pesar de ello,  el libro se lee con auténtico deleite, guiados por la fuerza de los acontecimientos y por  la singularidad del protagonista, al que sigues con una curiosidad imposible de desligar del afecto.

 

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