"Muchas cosas han surgido de la
ciudad solitaria: cosas forjadas en la soledad, pero también cosas que
funcionan para redimirla."
Laing construye su libro mezclando
sus propias vivencias, su soledad en la ciudad de Nueva York, con la vida de
estos artistas con los que comparte infancias tristes o solitarias, familias
desestructuradas o entornos hostiles para el crecimiento en un intento de
explicar la compleja relación entre la soledad y el arte. En una feliz
metáfora, la autora define la soledad como estar hambriento cuando todo el mundo
a tu alrededor está preparándose para un festín y reflexiona sobre cómo el
sentimiento de vergüenza y alarma que proyecta el solitario, y su consciencia
de ello, hace que se sienta más aislado todavía, más solo y distanciado.
Laing comienza con el famosísimo
Edward Hopper, de quien se dice que es el pintor de la soledad, entendida en
este caso como estar expuesto al tiempo que aislado de los demás; expuesto a su
juicio, particularmente cuando estar solo se siente como raro o extraño. Nighthawks es un buen ejemplo de esta
visión, los protagonistas del cuadro están completamente aislados unos de otros
y al mismo tiempo expuestos como en un acuario a la mirada de otros.
Continúa con el no menos famoso Andy
Warhol, en el que reconocemos la soledad del que se siente no deseado, del que
es excluido de los círculos sociales. Para el hijo de unos inmigrantes judíos,
tímido, gay y poco agraciado, sentirse singular no fue una gran hazaña, sí lo
fue convertir su vulnerabilidad en virtud y pasar a ser el artista más deseado
de underground neoyorkino. Su uso de la tecnología para llegar a los demás sin
verse expuesto lo convertiría en un adelantado del hiperconectado mundo actual.
La soledad de David Wojnarowic,
igual que la de Henry Darger, proviene
de su pasado, de una infancia abusiva, de una soledad lacerante unida a la que
se impuso a sí mismo al ver sus deseos como únicos y vergonzantes. A Henry Darger además lo convirtió en asocial
y lo llevó a crear un corpus artístico sobre cuya moralidad la crítica todavía
hoy no se pone de acuerdo. Al hablar de Klaus Nomi vuelve a incidir en las consecuencias devastadoras
que tuvo para la comunidad gay el sida, la soledad producida por el estigma y
el abandono de la sociedad. Zoe Leonard le sirve para tratar el tema de la
soledad y la pérdida, dos cosas que van íntimamente ligadas: "La existencia
física es solitaria por naturaleza, metida en un cuerpo que avanza
inexorablemente hacia la decadencia"
La autora cierra su análisis
aseverando que el arte no tiene que tener una función reparadora, como tampoco
la tiene que tener de ser hermoso o moral, la cura para la soledad radica en
estar bien con uno mismo y reconocer que hay elementos procedentes del exterior
que nos afligen y excluyen contra las que debemos luchar: no debemos
avergonzarnos de reconocer que necesitamos a los otros. Hay que normalizar la
soledad, combatir el estigma y la vergüenza que rodea al que está solo, viene a
decir, sin embargo no lo hace hablando
de la soledad de las personas comunes, sino de aquellas estigmatizadas por el
sexo, la infancia o la sociedad, y cómo eso se ha visto reflejado en su obra
artística. En este sentido comprendo que los lectores que fueran buscando verse
reflejados aquí se hayan sentido decepcionados, Laing ha preferido indagar en
seres especiales, artistas, gente dotada de una sensibilidad extrema para ver y
sentir de una manera más penetrante, para convertir su intimidad en una obra de
arte. Es un libro que ha conseguido gran aceptación por parte de crítica y
público y que ya va por la segunda edición en esta jovencísima editorial tan
comprometida con la crítica y el pensamiento.
Me ha encantado la reseña. Lo leeré!!!! Muchas gracias!!!!
ResponderEliminarGracias, es un libro muy documentado, ella es una autora muy culta, que se documenta bien y escribe con estilo. Un saludo!
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