"Otros niños pudieron soportarlo, lo han soportado. Mi hermano mayor lo logró, no sé cómo. Yo no pude."
So
long, See you Tomorrow fue publicada originalmente en dos partes en 1979, en The New Yorker, donde Maxwell fue editor
literario durante cuarenta años. Enseguida fue un éxito y al año siguiente, ya
como libro, la novela fue seleccionada para el Pulitzer Prize, para luego ganar
el National Book Award en 1982. En 2016 fue incluido en la lista de los mejores
libros de los últimos 75 años.
La historia ocurre en los años 20 en
Lincoln, Illinois, la ciudad donde nació y a la que tantas veces habrá de
volver en su recorrido literario. Está contada por un hombre mayor que recuerda
un triste acontecimiento de su pasado esperando así deshacerse del sentimiento
de culpa que no lo ha abandonado desde entonces. La madre del narrador, como la
del autor, muere durante la epidemia de gripe española que asoló el mundo occidental a comienzos del siglo XIX,
una muerte de la que nunca se recuperará. Él mezcla su historia con la de su
amigo Cletus, que sufre un drama casi mayor, su padre asesina al hombre, hasta
ahora amigo y buen vecino, que le ha arrebatado a su esposa. El divorcio de sus
padres y la posterior muerte de Wilson, el vecino, dejará una profunda huella
en Cletus. Este drama y la vergüenza del narrador al encontrar a su antiguo
amigo años más tarde en un instituto de Chicago, y no hacer ademán de
reconocerlo le perseguirá hasta que no le quede más remedio que escribir una
historia que le absuelva de su culpa.
Habiendo leído ya varios libros de
William Maxwell, es evidente que, dejando a un lado los aspectos biográficos,
lo que tienen en común es una prosa de estilo poético que se basa en la
minuciosidad y percepción de los sentimientos más íntimos, que disecciona con
gran habilidad y delicadeza. Es como si no quisiera tocarlos con la mano llena,
solamente con las punta de los dedos escoge aquellas emociones que le son
particularmente propias: una aflicción, un momento de alegría o de
reconocimiento, una felicidad momentánea, una comprensión inoportuna o inesperada....
y lo analiza en pocas palabras con una exactitud que desasosiega. Tal
conocimiento del alma adolescente no es propio de tantos escritores... Aquí,
como en Vinieron como golondrinas o en La hoja plegada (Libros del Asteroide),
su interés se centra en el mundo infantil y adolescente, pero ya cuando este
hermoso tiempo va desapareciendo. El drama obliga a Cletus a abandonar este
territorio de la inocencia (la gran pradera americana) e instalarse en la gran
ciudad de Chicago, que deviene conocimiento y por tanto la percepción de ese lado oscuro inherente al ser humano; una
oposición que es un clásico dentro de la literatura clásica norteamericana
desde Rip Van Winkle. La muerte de la
madre del narrador (la del padre en el caso de Cletus) y el desalojo de sus
respectivas casas significa la pérdida de la protección paternal y después, con el traslado a Chicago, la entrada
definitiva en el mundo adulto. Estamos, por tanto, ante una novela de crecimiento.
Si Lincoln es el hábitat del narrador,
la pradera es el de Cletus, y es aquí donde hallamos otro ámbito donde el estilo poético de W. Maxwell se
despliega con descripciones de gran maestría técnica y símiles lúcidos y
acertadísimos:
"De día el cielo es un cuenco invertido sobre
la pradera. Si la noche es clara, a veces aparece espolvoreado de
estrellas".
La pradera americana, ese lugar que
llenó la imaginación de los primeros colonos es aquí el paisaje físico y
psicológico de los personajes; con su desnudez y austeridad ese inmenso horizonte
en los que se pierde la vista es también el referente para el narrador de un
pasado que se fue, pero que todavía persiste en la lejanía.
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