"La máquina solo funciona porque
por un lado los seres humanos la hacen funcionar y por otro porque los seres
humanos la permiten funcionar"
Primavera es
el tercer libro del cuarteto estacional iniciado por Ali Smith en 2016 con Otoño. Siendo éste sin lugar a dudas el
más oscuro de los libros publicados hasta el momento, sigue compartiendo con
sus compañeros del cuarteto algunas características en común.
El recurso a la literatura y al arte
como medio para huir del prosaísmo de la
realidad, de las circunstancias adversas del mundo en el que vivimos (Brexit,
calentamiento global, racismo, emigración...)se hace de nuevo evidente como elemento
de gran importancia en la narración de la historia (Rilke y Mansfield se
convierten en elementos de metaficción, y los etéreos cuadros de Tacita Dean en
paisaje de fondo). Por otro lado esas
mismas cuestiones tan de actualidad ahora se tratan, como en los libros
anteriores, pero ya no dulcificadas por el amor sino en toda su crudeza. La
división de Gran Bretaña como país es una evidencia de la que queda constancia
en estos mismos temas y ahora más que nunca la escritora alza su voz para
luchar contra esa marea que lo ha arrasado haciéndolo casi irreconocible.
El libro se organiza en torno a dos
historias la del director de cine y televisión Richard Lease, que sobrelleva el
declive de su trabajo y la pena de la muerte de su mejor amiga, una
inteligentísima guionista irlandesa, junto con su propio fracaso como
marido (su mujer le ha dejado llevándose
a su hija, a la que ha sustituido en su cabeza por la imagen de una niña con la
que habla internamente y a la que lleva a todo tipo de acontecimientos
culturales a los que asiste).
Una adolescente muy especial,
Florence, consigue salvarlo del suicidio y con ella entroncamos con la segunda
línea argumental que he mencionado, la de Brittany, una trabajadora de un centro
de internamiento de emigrantes ilegales, a la que Florence engaña para que la
acompañe a Escocia, donde se va a reunir con un grupo que se dedica a ayudar a
los inmigrantes que han entrado ilegalmente en el país. Esta segunda trama abre
la puerta a muchas consideraciones sobre el tema, que merece la pena leer
atentamente.
Esta gente sin hogar son el reverso
de los personajes literarios que Ali Smith ha incluido en el relato. Tanto
Rilke como Katherine Mansfield, y más adelante Chaplin fueron escritores que
vivieron y murieron lejos de su patria. Su peripecia vital se convierte en la
trama que Richard debe filmar, solo que de una forma demasiado
"moderna" con la que no está de acuerdo. Los muros con los que se
encuentran los emigrantes son también las montañas que Tacita Dean pinta en
tiza sobre pizarra, las nubes el movimiento constante de estas personas: el
arte al servicio de la Ética.
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