lunes, 14 de octubre de 2019

Siéntete libre (Feel Free), de Zadie Smith


      
 "La ficción juega con la idea de lo que es posible  hacer con nuestras decisiones morales"

         Feel Free (todavía no se ha traducido al español, pero en breve se hará)  es un conjunto de ensayos y artículos aparecidos en periódicos y revistas (Harper´s New York Review of Books...) que abarcan desde 2010 a 2018, fecha de su publicación en inglés (Hamish Hamilton publishers). No es la primera vez que Zadie Smith escribe ensayo, pero sí la ocasión en que lo hace con mayor longitud y variedad de temas. Muchos lectores la conocen mejor por sus novelas, siendo quizás White Teeth  y On beauty las más ampliamente reconocidas, pero les aseguro que es una fantástica ensayista, con una enorme perspicacia para describir lo que siente (no exenta de ironía), una gran sensibilidad para transmitir lo que ve y una gran inteligencia para conectar con el lector y hacerle partícipe de sus intereses.
         El libro abarca una amplia gama de temas que van desde la música (La casa que Hova construyó, sobre la naturaleza del hip-hop) a la literatura (Ballard, Marías, Kureshi, Karl Ove Knausgard, Roth, Ursula K. Leguin... pueblan algunas páginas aunque es la experiencia literaria lo qué más le obsesiona), desde el cine (Anomalisa, un análisis muy personal de la película animada de Kaufman) al baile (Lecciones de baile para escritores , donde llega a analizar y comparar la forma de bailar de Prince y Michael Jackson), desde la arquitectura de jardines (Amor en los jardines) a la fotografía (una muy concreta le sirve de punto de partida para escribir un  precioso ensayo acerca de Billie Holiday) haciendo una larga parada en la pintura, a la que dedica una sección entera (En la galería) donde muestra sus preferencias, que van desde la pintura clásica a la más moderna (la pintora Lynette Yiadom-Boakye), incluyendo la video instalación: "The Clock", que el Guggenheim de Bilbao trajo a España en 2014, (bajo el título Matar a Orson Welles a medianoche  cuenta cómo el autor, Christian Marclay, editando miles de secuencias de tv o del cine consigue un montaje que se desarrolla en tiempo real).
         Por otro lado están los capítulos dedicados a la experiencia personal de vivir: su indignación ante la destrucción de la biblioteca de Willesden Green, el suburbio de Londres donde creció, que es al mismo tiempo una defensa de las bibliotecas públicas como la mejor forma de extender el conocimiento equitativamente, su actitud ante el Brexit o las redes sociales, la crítica a la jerárquica sociedad inglesa en En el baño, su encuentro con los humoristas americanos Keegan Michael Key y Jordan Peele, su experiencia con la música de Joni Mitchell... En la mayoría de estos ensayos hay un par de elementos que cruzan transversalmente  el tema en torno al cual giran, uno de ellos es su experiencia literaria, a la que además dedica un capítulo entero  (parte IV, En la estantería de libros) y su experiencia personal de lo que ser negro significa.
         En cuanto a la primera, El yo que no es yo, es un capítulo especialmente relevante para entender cuestiones personales como el proceso que le llevó a escribir o la reluctancia inicial a escribir en primera persona. Menciona a dos escritores que influyeron notablemente en ella a la hora de sentirse libre para escribir: el Hanif Kureshi de El Buda de los suburbios (libertad para ser quien eres, en su caso una joven escritora heredera de dos herencias culturales, la europea y la jamaicana) y Philip Roth, el judío de Newark, que rompió todos los códigos culturales.
         El elemento de negritud se encuentra ampliamente analizado en el ensayo Getting in and Out,  cuyo título hace referencia a la película Get Out (Déjame salir) de Jordan Peele, que obtuvo un Oscar al mejor guión en 2017 y que Zadie Smith analiza como un compendio de los temores de la gente negra acerca de la gente blanca en Estados Unidos. Se trata de un cambio de percepción, que se hace reivindicativa para los primeros y despierta en los liberales blancos un sentimiento de "Othered", es decir, de ser los otros ("¿de verdad es así como nos ven?").  La gente blanca en Get Out quiere entrar en la experiencia de ser negro, "quiere llevarla como una piel y caminar con ella" y añade: "la palabra moderna para eso es apropiación". Algo que efectivamente se ve en el mundo del hip-hop y otras corrientes alternativas donde cualquier joven que se precie llevará ropa "gangsta" e imitará los movimientos de los raperos negros, aunque ni ellos sean negros, ni tengan ninguna reivindicación racial.
          Esta reflexión le lleva a analizar el caso de Open Casket, el cuadro de Dana Schutz que muestra a Emmet Till, el chico negro que fue linchado por flirtear con una mujer blanca. El cuadro fue expuesto en la Whitney Biennal y su autora (blanca) recibió numerosas críticas de la población negra por estar haciendo dinero con un tema que no le pertenecía. Zadie Smith entonces se plantea si sólo los negros tienen derecho a hablar de la experiencia negra, el grado de negritud que se requiere y si los birraciales como ella y aún peor sus hijos están exentos. Acaba asumiendo  que "cuando los argumentos de apropiación se unen al esencialismo racial.... vamos directamente hacia el absurdo" (p.220).
          Estamos ante una colección de ensayos que van a entretener e ilustrar a todo aquel que los lea, que van a enriquecer su vida y que van a hacerle reflexionar sobre una serie de aspectos que tenía asumidos de antemano. Estamos, en definitiva, ante una autora que ha escogido libremente sus temas y te empuja a leerlos sin prejuicios, con total libertad, ¡Si es que eso se puede conseguir!


No hay comentarios:

Publicar un comentario